Tras la tempestad de los cuatro años, regresa de nuevo la calma. Al tiempo que se tranquiliza, el niño de cinco años comienza a mostrarse más serio, y a ser capaz de ir asumiendo responsabilidades. Es y se siente cada vez más autónomo, y busca que se le trate y considere como un mayor. Comienza a desarrollarse su sentido moral, juzgando lo que está bien o mal en función de su coincidencia con las normas paternas.
La motricidad fina y la coordinación manual ganan en precisión. Sus dibujos son ya muy detallados. Muestra ya una lateralidad plenamente establecida, y una total soltura con la mano dominante.
En la mesa ha alcanzado un manejo total de los cubiertos, y comienza a fijarse y copiar los modales de los adultos en la mesa. Es capaz de vestirse completamente él solo, y a veces incluso de abrocharse los cordones de los zapatos (si bien el nudo no durará mucho tiempo). Ya es plenamente autónomo en lo relativo a su higiene personal.
El lenguaje cuenta ya con una gran fluidez, desapareciendo a lo largo de este año los errores gramaticales. Su vocabulario puede alcanzar ya las 2.000 palabras, y comienza a utilizar relacionales de cantidad como más que - menos que, mayor – menor, mucho-poco, todo-nada, mitad… También comienza a mostrar interés por el significado de nuevas palabras.
Se trata de una etapa con gran avidez por saber. En esta etapa irá adquiriendo una lectura y escritura ya bastante completa. Disfruta con lo que aprende y muestra orgulloso sus logros en el colegio. Con frecuencia preparará dibujos y escritos como regalo a los padres ó abuelos. Trata de interpretar cualquier palabra que vea escrita, y sus dibujos comienzan a incluir alguna que otra palabra. Comienza a comprender pequeñas operaciones como “si tienes 2 caramelos y te doy uno más ¿cuántos tienes?”, empleando siempre los dedos para su resolución.
Sus juegos son bastante independientes, y disfruta con aquellos que imitan las actividades del adulto. Las actividades al aire libre centran aún buena parte de su interés.
Su socialización está ya plenamente establecida. Conoce ya bien las normas de educación, aunque no siempre se acuerda de aplicarlas. Siente interés por hacer amigos y habla con frecuencia de los que ya tiene. Es capaz de alternativamente, asumir en el juego el papel de líder ó de cederlo.
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